"Lo que niegas te somete. Lo que aceptas te transforma". Carl Jung.
Al Bosque Sombrío eran enviados todos los seres del reino que encarnaban actitudes y conductas consideradas inaceptables por el rey. Estos seres eran llevados allí por los soldados y les quedaba prohibido volver al reino. Los desterrados eran la personificación de pensamientos, emociones y sentimientos que no encajaban con la imagen ideal del reino que él había aprendido de sus padres y antepasados.
El rey se resistía a reconocer a aquellos seres como parte de su reino, por eso los rechazaba con vehemencia condenándolos al olvido en el Bosque Sombrío; pero cuando él se enfrentaba a otros reyes en batallas, estos seres aparecían en el horizonte y pensaba que eran seres de otro lugar. Verlos le generaba muchísima inquietud y malestar; sensaciones que perduraban e impedían hacer otras labores de manera tranquila y fluida.
El rey consultó con el hechicero real y este le explicó que los seres no eran del otro reino, sino que eran los desterrados de su propia tierra. Al escuchar esto, encolerizado, dijo que era imposible que fueran de su propio territorio porque eran monstruosos, y el suyo era un reino bueno.
El hechicero le dijo --Bueno o malo son sólo los juicios de la mente. Sin estos seres el reino es débil e incompleto ya que se desperdicia una gran cantidad de energía al negarlos y desterrarlos. El rey miró al mago y éste prosiguió, --El mal no proviene de ellos, sino de toda la energía invertida para enviarlos al destierro, de levantar las murallas de protección y de las luchas internas dentro del territorio.
El hechicero le explicó que ellos solo resultaban peligrosos cuando no se les prestaba la debida atención. Si los olvidaba se volverían un riesgo real porque albergaban una potente energía que podría irrumpir de forma violenta en el reino y destruirlo antes de que pudiera darse cuenta de lo que había sucedido. Él insistió al rey en que era importante integrar con su mapa el territorio que formaban estos seres, porque mientras más los conocía, los aceptaba y los integraba, más posibilidades tenía de reinar sobre ellos. También le dijo que, si lograba obtener la energía de ellos, podía aprovecharla para causas constructivas.
Con la claridad de las palabras del hechicero, el rey aceptó hacer algo al respecto y le preguntó por el primer paso que debía tomar. El hechicero le dijo: --El primer paso es liberarse de la culpa y la vergüenza de este territorio. El segundo paso es verlos, pero es difícil hacerlo directamente.
Puede pedir a otros reyes amigos o a miembros de la familia que le cuenten cómo perciben el reino, que le muestren parajes que usted mismo no ha
podido ver. También puede explorar los motivos por los cuales le ha declarado la guerra a otros reyes. Puesto que la censura hecha a otros reinos no es más que un reflejo de los juicios previos a su propio territorio sombrío.
Después de aquel día, el rey se comprometió a seguir los consejos del mago. Pronto supo que había días más difíciles que otros y también que era en la cotidianidad en que podía ver con mayor facilidad estos seres, sólo debía estar atento y prestar atención a cualquier indicio de su presencia. Así fue como decidió dedicar gran parte de su reinado a observar y a aceptar pacientemente estos seres y así fue creando un reino más completo y poderoso.
"Prefiero ser un individuo completo que una persona buena". Carl Jung
Fanny Alexandra Gallego Lopera
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Psicóloga de profesión,
emprendedora por convicción
profe de vocación,
mamá por amor
y escritora por pasión.
Fotografías @cpembert
Mentora de emprendedores en Corporación Mundial de la Mujer (De Mis Manos), Parque del Emprendimiento y otras entidades del ecosistema de emprendimiento de Medellín y Colombia. Docente de la Universidad de Antioquia y Universidad Cooperativa de Colombia. Consultora Empresarial. Mamá de Emanuel y Selene. Escritora aficionada de cuentos y poesía, he publicado tres libros Mil lunas y un delirio, Bitácora de sueños y Emprendizaje: el proceso de aprender a emprender.